El dominicano tiene muy poca sangre india,
generalmente es mitad de origen español, mitad de origen africano y sin embargo
al
mulato y al mestizo se le llama indio, con las variantes de indio claro, indio
oscuro… en algunos casos a los más oscuros se les llama morenito, lavaíto,
morenito claro. No obstante al haitiano
se le llama negro. Es por eso que en forma de broma a los de piel más oscura les
decimos hatianitos, come coco, Pití Bolé…
y lo peor es que a quién va dirigido estos sobrenombres se ofende.
Estaría demás decir algo sobre esta imagen... |
La
mujer dominicana gasta aproximadamente el 12% de su sueldo en el salón de
belleza y en su mayoría para cambiar de pelo afro y oscuro, a lacio y claro. Si
eres mujer, al pedir alguna sugerencia para tu cabello seguro ya te han
recomendado algún look que “hace que te veas más clarita” o te han rechazado
algún color de pelo porque “hace que te veas más oscura”.
Hace menos de un mes recuerdo a una amiga muy
cercana de mi madre conversar con ella acerca de una vecina que, según ella,
está enamorada de un haitiano, el recuerdo que en este preciso momento pasó por
mi cabeza al escribir el presente texto es su comentario “con tantos
dominicanos que hay Ufemia, tuvo ella que asfixiarse
de un haitiano”.
Sabemos que nuestro racismo no nació después
del régimen trujillista, pues según muchos autores cuando se refieren a las
causas de la matanza de 1937 consideran la presión que ejerció el pueblo
dominicano al régimen, en sus afanes por delimitar nuestro territorio no sólo
geográficamente sino culturalmente. No
obstante hubo un antes y un después de Trujillo. Antes de Trujillo, la línea de
conducta en relación a Haití era el nacionalismo. Después, fue el racismo puro
y duro.
Los estereotipos racistas eran muy marcados
en la ideología trujillista, y han inundado toda la sociedad dominicana. Están
todavía muy presentes en la actualidad. Estos estereotipos no están dirigidos
solo contra los haitianos, sino también contra los mismos negros dominicanos. Además
no olvidemos una de las medidas que tomó
Trujillo después de la masacre: "blanquear"
la frontera, trayendo migrantes de tez blanca de otras latitudes para
asentarlos en la línea fronteriza, y así establecer "la diferencia"
entre dominicanos y haitianos. También se encargó de enraizar en el imaginario
de los dominicanos la concepción de que Haití es el enemigo, una visión que
permanece hasta estos días
Hoy se habla todavía de una « invasión
pacífica » haitiana. Pero ¡que sería nuestra economía sin esta « invasión »! Pero nunca se habla de una invasión china que
para el 2008 había aproximadamente entre 15,000 y 20,000 chinos. Un número que se ha ido
multiplicando aún más con el paso del tiempo. Tampoco se habla de una invasión
venezolana, que actualmente debido a la penosa situación por la que está
pasando Venezuela, cada vez más, inmigran venezolanos a nuestro territorio sin
ningún inconveniente limitante, ni siquiera aún con ser percibidos.
Negamos lo que somos por factores económicos
(los negros son los más pobres) pero también históricos (los negros recuerdan
nuestra herencia colonial).
Incluso,
este último factor se evidencia con nuestra relación laboral con los haitianos.
Si el capitalismo aún no es totalitario y único como modo de producción es en
gran parte porque por medio de los haitianos aún conservamos el esclavismo y el
feudalismo. No es extraño encontrar una finca, una mansión… siendo cuidada por
algún haitiano y su familia mientras sus respectivos dueños están residiendo
fuera del país. A lo cual el haitiano se hace totalmente responsable de tales
bienes a cambio de lo que necesita para él y su familia (feudalismo). Tampoco es
extraño encontrar cientos de haitianos en los trabajos más pesados en República
Dominicana, sin seguro, sin medidas de riesgos necesarias, con ningún tipo de
seguridad y con el más miserable “sueldo” si es que puede tomar ese nombre,
pues sólo le dan lo necesario para sobrevivir (esclavismo).
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