domingo, 4 de septiembre de 2016

El desorden urbano y la falta de preocupación ciudadana



 Av. Francisco del Rosario Sánchez
Fuente propia
El pobre  abastecimiento de luz y agua, la inseguridad social, la educación, el desempleo, entre otros, son las problemáticas que más se discuten del país. Sin embargo muy rara vez se considera la falta de planificación urbanística que presentan las ciudades.

Con esto no me refiero solamente a las torpezas construidas por el gobierno para “embellecer la ciudad” constituyendo solamente grandes gastos echados a la borda del mal gusto y la falta de creatividad, dentro de lo que cabe mencionar como ejemplo el caso del “remozamiento” de la puerta del conde que  junto al Parque Independencia tuvo un costo de 36.9 millones de pesos, para luego planear volver a restituirlo. No debemos de irnos tan lejos para encontrar evidencias del desorden urbano.

Clínica de Salud familiar Los Guandules 
Fuente propia
En un país donde hay más vertederos improvisados que áreas verdes, donde la basura se tragan las esquinas, donde hay más calles averiadas que en buenas condiciones, dónde las escasas aceras tienen dueños, donde los comercios ambulantes invaden los espacios públicos, donde son comunes las Industrias contaminantes, ruidosas y molestas en medio de una comunidad;  edificios, casas y asentamientos en lugares muy  peligrosos para la convivencia; problemas de tráfico por mala diagramación de vías de acceso y medios de transportes sumamente contaminantes; construcciones muy inseguras, entre otros, es justo dudar de todo el gasto público y preguntarse si el mismo ha estado relacionado con un incremento similar en la eficiencia del gobierno para proveerle servicios a los ciudadanos.

Con todos los problemas sociales y económicos que presenta el país casi se justifica el descuido y abandono de atención hacia el desorden urbanístico de nuestro hábitat.


Estoy casi segura que muy pocos dominicanos somos conscientes de que una ciudad sana necesita un mínimo de área verde de 10 m2  x hab. Algo que está muy al margen de la realidad en ciudades como Santo Domingo, la capital del país. Muy pocos hacen frente a la necesidad de la ampliación de espacio en las aceras, las transformaciones viales, el despeje en las avenidas de la saturación de publicidad, y sobre todo el aumento de las áreas verdes. Sin embargo, debemos de considerar seriamente que  por esta falta de atención hacia problemas urbanos estamos cediendo el derecho a las autoridades de hacer cuanto deseen de nuestro hábitat y  nos estamos perdiendo entre una multitud de pobladores que cada vez más se despoja de su título de ciudadano.

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