El
transporte urbano en la capital dominicana es sinónimo de estrés, caos,
contaminación, falta de educación, carencia de un régimen de consecuencias,
impotencia e incapacidad del Estado ante uno de los problemas que más impacto
negativo tiene en la productividad. Se impone la ley del más fuerte.
Un verdadero pandemónium
vehicular es lo que todos los días, a toda hora, se sufre en las
calles de Santo Domingo.
Las
principales arterias para el tránsito parecen reventar en medio de la
imprudencia de conductores, principalmente del transporte público, que no
respetan señalización, agentes de tránsito, convirtiendo la experiencia de
manejar en el juego de “sálvese quien pueda”.
La famosa
frase de que “andamos como chivos sin ley” cabe perfectamente para identificar
una de las principales razones por las que la capital se convierte en “un solo
tapón” que estresa al más paciente de los dominicanos.
La
imprudencia se expresa de diversas maneras: seguir a una ambulancia en medio
del tapón, hacer dos y tres carriles para doblar a la izquierda, acelerar
cuando el semáforo está en amarillo, tomar y dejar pasajeros donde dice
claramente “no pasajeros” o estacionarse debajo del letrero que lo prohíbe;
rebases temerarios, cortar la fila de vehículos delante para subir a los
elevados, andar sin luces y no encender direccionales para doblar y cambiar de
carril.
La falta de
conciencia de los conductores también se expresa en seguir derecho en un carril
que es para doblar a la izquierda, tomar o dejar un pasajeros al cruzar la
calle cuando el semáforo cambió a verde, salir de una parada sin avisar,
detenerse antes de subir a un elevado para dejar un pasajero, hacer los famosos
“corte de machetes” sin importar el peligro de un accidente; no ceder el paso,
entrar a una avenida o calle principal sin hacer el pare de lugar, cortar el
paso en esquinas taponadas aunque sepa que tampoco podrá pasar, transitar a
altas velocidades en calles estrechas, doblar en U donde no se puede y hasta
amenazar a quien intente reclamar una imprudencia, entre otras tantas formas de
imprudencia.
De nada han
servido las campañas que diversas instituciones públicas y privadas han
implementado para mejorar o viabilizar el tránsito en la capital y en todo el
país.
Expertos
consultados por elDinero coinciden en que la falta de
educación y conciencia de quienes portan una licencia de conducir, unido a un
régimen de consecuencia ineficaz, ha empeorado el problema. Llegar estresado al
trabajo por culpa de un tapón o por las imprudencias de los conductores es lo
común y todo indica que la solución está en manos de muchos protagonistas.
Las
soluciones puestas en ejecución por el Estado durante los últimos 40 años han
fracasado, con
excepción del Metro de Santo Domingo que sí ha demostrado ser un sistema de
transporte económico y seguro para la población, subsidiado con niveles de
transparencia superiores a las exenciones impositivas que reciben sindicatos de
autobuses y carros del concho. Su desventaja radica en lo limitado de su
alcance geográfico.
Proyecto
de ley
Para el diputado Rafael Tobías Crespo, exdirector de Tránsito Terrestre y quien impulsa la Ley de Movilidad Terrestre, Tránsito, Transporte y Seguridad Vial, el problema es estructural y carga con una historia amarga desde hace muchísimos años. Lo primero que identifica es que no hay una legislación efectiva, actualizada y que responda a las necesidades de la realidad dominicana.
A su
entender, el Estado es el único responsable de que el sector transporte se
desarrolle de manera caótica, dispersa y atomizada.
“No hay una
ley de seguridad vial y movilidad que garantice eficiencia en el servicio.
Tenemos una distorsión institucional con alrededor de ocho entidades trabajando
el mismo tema de manera caótica, las cuales tratan de dirigir o planificar un
sector que en el caso de los transportistas tiene una organización mejor que el
Estado”.
El
crecimiento desordenado de las ciudades ha sido una de las causas del desorden
en el tránsito. De lo que sí está seguro es que el caos en el transporte
público provoca inseguridad, pérdida de tiempo y recursos económicos,
contaminación ambiental y otros aspectos dañinos al ser humano.
Lo cierto es
que el transporte público no le garantiza a un ciudadano que deje su vehículo
en casa porque de regreso a su hogar no tiene seguridad, ni siquiera del Metro
de Santo Domingo, de encontrar cómo transportarse. Una solución al transporte público
requiere de voluntad política porque a través de este se mueve alrededor de 80%
de los empleados.
El
transporte de carga y de pasajeros se ha estancado en encontrar una salida al
problema tendente a ofrecer un servicio de mayor calidad, que evite altos
costos de producción, una tarifa elevada al usuario, congestionamiento del
tránsito, contaminación del medio ambiente, causar
múltiples accidentes de tránsito y mucha inseguridad para el
transporte de los ciudadanos desde unidades inservibles hasta el mal servicio
que ofrecen a los ciudadanos.
Hace más de 10 años que se viene trabajando en ofrecer alternativas viables al transporte de pasajeros y de carga y se crearon cinco instituciones para dar respuestas a esta problemática como son AMET (Autoridad Metropolitana del Transporte), la OTT (Oficina de Tránsito Terrestre), la OPRET (Oficina para el Ordenamiento del Transporte), SITRAM, OMSA y los Ayuntamientos.
Se creó la OPRET mediante decreto 477-05 para regular el proceso de control de los servicios del transporte público urbano en Santo Domingo y todo el territorio nacional, que conjuntamente con la AMET, que tiene como función la planificación y operación del sistema del transporte y que garantizarían un mejor flujo de vehículos, control de las vías de comunicación y buen servicio de parte de los proveedores a los usuarios del transporte.
Transcurrido este periodo han sido muy pocos los resultados que se han observado en la concertación de un sistema de transporte que incluya a transportistas y usuarios a todos por igual y que la ciudadanía se sienta que está recibiendo un servicio de calidad cónsono con los costos a que deben ser ofrecidos esos servicios.
En la actualidad existen en el país tres grandes centrales de transportistas que acaparan el transporte de carga y de pasajeros, estas son la CNTU, fundada por el recientemente fallecido Ramón Pérez Figuereo; CONOTRA, que dirige Antonio Marte y FENATRADO, que dirige el diputado Juan Hubieres.
Estas instituciones deberán hacer un esfuerzo mayor para consensuar un proyecto viable que transforme el transporte con servicio de menor costo de operaciones, mejores tarifas para los usuarios y poder ofrecer soluciones conjuntas a esta problemática.
Una de las soluciones a que deben abocarse los empresarios del transporte y los representantes del gobierno es determinar la factibilidad de colectivizar el transporte público, sacando aquellas unidades pequeñas de cinco pasajeros, que gastan igual que aquellas unidades de 30 pasajeros, que incrementan el costo del pasaje y que contribuyen a una mayor contaminación ambiental.
Hay que resolver el problema de la identificación con placas a los motoristas, ya que gran parte de los actos delincuenciales y accidentes indeseados están relacionados con estos; cascos protectores, seguro a los vehículos de transporte, tanto de carga como de pasajeros, hay que revisar las condiciones mecánicas, de luces, neumáticos, higiene y que sus choferes estén dotados de licencias de conducir.
Establecer un sistema de paradas para los minibuses y autobuses con una distancia entre paradas de 500 metros, estableciendo un carril especializado para estas unidades, mantener las señales de tránsito y velar por el cumplimiento estricto; retirar las unidades inservibles, como son Motores, carros, minibuses, autobuses y camiones.
Concentrar todas las oficinas de regulación y control del transporte bajo una sola dependencia, ubicando las demás como adscritas a esta, que se ocupara cada una de desempeñar las funciones para los cuales fueran creadas, constituyéndose en rectora del sistema nacional del transporte y control de tránsito terrestre.
Esta reagrupación en una sola institución de la AMET, OPRET, OTT, OMSA y CITRAM estaría en condiciones de presentar propuestas a los fines de que se generen políticas públicas de manera conjunta con los empresarios del transporte, que irían en dirección a resolver el problema que adolece el transporte de carga y de pasajeros en República Dominicana.
El transporte público está integrado por El Metro de Santo Domingo, las vías ferroviarias, Camiones, Autobuses, Minibuses, Ambulancias, Carros de concho, Taxistas y motoconchistas, los cuales están organizados bajo sindicatos, lo que facilita establecer un diálogo y plantear las soluciones a la problemática del tránsito vial, líneas alimentadoras, sistema de paradas, uso de combustibles, tipos de unidades y costos de transporte.
Los ciudadanos y ciudadanas están a la espera que el gobierno inicie el proceso de discusión y adopción de un plan para relanzar al transporte de carga y de pasajeros, a través de las diferentes oficinas que controlan este importante servicio, y que el mismo está llamado a ofrecer un servicio de calidad a todos los ciudadanos.
Hace más de 10 años que se viene trabajando en ofrecer alternativas viables al transporte de pasajeros y de carga y se crearon cinco instituciones para dar respuestas a esta problemática como son AMET (Autoridad Metropolitana del Transporte), la OTT (Oficina de Tránsito Terrestre), la OPRET (Oficina para el Ordenamiento del Transporte), SITRAM, OMSA y los Ayuntamientos.
Se creó la OPRET mediante decreto 477-05 para regular el proceso de control de los servicios del transporte público urbano en Santo Domingo y todo el territorio nacional, que conjuntamente con la AMET, que tiene como función la planificación y operación del sistema del transporte y que garantizarían un mejor flujo de vehículos, control de las vías de comunicación y buen servicio de parte de los proveedores a los usuarios del transporte.
Transcurrido este periodo han sido muy pocos los resultados que se han observado en la concertación de un sistema de transporte que incluya a transportistas y usuarios a todos por igual y que la ciudadanía se sienta que está recibiendo un servicio de calidad cónsono con los costos a que deben ser ofrecidos esos servicios.
En la actualidad existen en el país tres grandes centrales de transportistas que acaparan el transporte de carga y de pasajeros, estas son la CNTU, fundada por el recientemente fallecido Ramón Pérez Figuereo; CONOTRA, que dirige Antonio Marte y FENATRADO, que dirige el diputado Juan Hubieres.
Estas instituciones deberán hacer un esfuerzo mayor para consensuar un proyecto viable que transforme el transporte con servicio de menor costo de operaciones, mejores tarifas para los usuarios y poder ofrecer soluciones conjuntas a esta problemática.
Una de las soluciones a que deben abocarse los empresarios del transporte y los representantes del gobierno es determinar la factibilidad de colectivizar el transporte público, sacando aquellas unidades pequeñas de cinco pasajeros, que gastan igual que aquellas unidades de 30 pasajeros, que incrementan el costo del pasaje y que contribuyen a una mayor contaminación ambiental.
Hay que resolver el problema de la identificación con placas a los motoristas, ya que gran parte de los actos delincuenciales y accidentes indeseados están relacionados con estos; cascos protectores, seguro a los vehículos de transporte, tanto de carga como de pasajeros, hay que revisar las condiciones mecánicas, de luces, neumáticos, higiene y que sus choferes estén dotados de licencias de conducir.
Establecer un sistema de paradas para los minibuses y autobuses con una distancia entre paradas de 500 metros, estableciendo un carril especializado para estas unidades, mantener las señales de tránsito y velar por el cumplimiento estricto; retirar las unidades inservibles, como son Motores, carros, minibuses, autobuses y camiones.
Concentrar todas las oficinas de regulación y control del transporte bajo una sola dependencia, ubicando las demás como adscritas a esta, que se ocupara cada una de desempeñar las funciones para los cuales fueran creadas, constituyéndose en rectora del sistema nacional del transporte y control de tránsito terrestre.
Esta reagrupación en una sola institución de la AMET, OPRET, OTT, OMSA y CITRAM estaría en condiciones de presentar propuestas a los fines de que se generen políticas públicas de manera conjunta con los empresarios del transporte, que irían en dirección a resolver el problema que adolece el transporte de carga y de pasajeros en República Dominicana.
El transporte público está integrado por El Metro de Santo Domingo, las vías ferroviarias, Camiones, Autobuses, Minibuses, Ambulancias, Carros de concho, Taxistas y motoconchistas, los cuales están organizados bajo sindicatos, lo que facilita establecer un diálogo y plantear las soluciones a la problemática del tránsito vial, líneas alimentadoras, sistema de paradas, uso de combustibles, tipos de unidades y costos de transporte.
Los ciudadanos y ciudadanas están a la espera que el gobierno inicie el proceso de discusión y adopción de un plan para relanzar al transporte de carga y de pasajeros, a través de las diferentes oficinas que controlan este importante servicio, y que el mismo está llamado a ofrecer un servicio de calidad a todos los ciudadanos.
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