sábado, 15 de octubre de 2016

Transporte urbano: Estrés, caos, contaminación, incapacidad e impotencia





El transporte urbano en la capital dominicana es sinónimo de estrés, caos, contaminación, falta de educación, carencia de un régimen de consecuencias, impotencia e incapacidad del Estado ante uno de los problemas que más impacto negativo tiene en la productividad. Se impone la ley del más fuerte.

Un verdadero pandemónium vehicular es lo que todos los días, a toda hora, se sufre en las calles de Santo Domingo.
Las principales arterias para el tránsito parecen reventar en medio de la imprudencia de conductores, principalmente del transporte público, que no respetan señalización, agentes de tránsito, convirtiendo la experiencia de manejar en el juego de “sálvese quien pueda”.

La famosa frase de que “andamos como chivos sin ley” cabe perfectamente para identificar una de las principales razones por las que la capital se convierte en “un solo tapón” que estresa al más paciente de los dominicanos.

La imprudencia se expresa de diversas maneras: seguir a una ambulancia en medio del tapón, hacer dos y tres carriles para doblar a la izquierda, acelerar cuando el semáforo está en amarillo, tomar y dejar pasajeros donde dice claramente “no pasajeros” o estacionarse debajo del letrero que lo prohíbe; rebases temerarios, cortar la fila de vehículos delante para subir a los elevados, andar sin luces y no encender direccionales para doblar y cambiar de carril.

La falta de conciencia de los conductores también se expresa en seguir derecho en un carril que es para doblar a la izquierda, tomar o dejar un pasajeros al cruzar la calle cuando el semáforo cambió a verde, salir de una parada sin avisar, detenerse antes de subir a un elevado para dejar un pasajero, hacer los famosos “corte de machetes” sin importar el peligro de un accidente; no ceder el paso, entrar a una avenida o calle principal sin hacer el pare de lugar, cortar el paso en esquinas taponadas aunque sepa que tampoco podrá pasar, transitar a altas velocidades en calles estrechas, doblar en U donde no se puede y hasta amenazar a quien intente reclamar una imprudencia, entre otras tantas formas de imprudencia.

De nada han servido las campañas que diversas instituciones públicas y privadas han implementado para mejorar o viabilizar el tránsito en la capital y en todo el país.
Expertos consultados por elDinero coinciden en que la falta de educación y conciencia de quienes portan una licencia de conducir, unido a un régimen de consecuencia ineficaz, ha empeorado el problema. Llegar estresado al trabajo por culpa de un tapón o por las imprudencias de los conductores es lo común y todo indica que la solución está en manos de muchos protagonistas.

Las soluciones puestas en ejecución por el Estado durante los últimos 40 años han fracasado, con excepción del Metro de Santo Domingo que sí ha demostrado ser un sistema de transporte económico y seguro para la población, subsidiado con niveles de transparencia superiores a las exenciones impositivas que reciben sindicatos de autobuses y carros del concho. Su desventaja radica en lo limitado de su alcance geográfico.




Proyecto de ley

Para el diputado Rafael Tobías Crespo, exdirector de Tránsito Terrestre y quien impulsa la Ley de Movilidad Terrestre, Tránsito, Transporte y Seguridad Vial, el problema es estructural y carga con una historia amarga desde hace muchísimos años. Lo primero que identifica es que no hay una legislación efectiva, actualizada y que responda a las necesidades de la realidad dominicana.
A su entender, el Estado es el único responsable de que el sector transporte se desarrolle de manera caótica, dispersa y atomizada.
“No hay una ley de seguridad vial y movilidad que garantice eficiencia en el servicio. Tenemos una distorsión institucional con alrededor de ocho entidades trabajando el mismo tema de manera caótica, las cuales tratan de dirigir o planificar un sector que en el caso de los transportistas tiene una organización mejor que el Estado”.
El crecimiento desordenado de las ciudades ha sido una de las causas del desorden en el tránsito. De lo que sí está seguro es que el caos en el transporte público provoca inseguridad, pérdida de tiempo y recursos económicos, contaminación ambiental y otros aspectos dañinos al ser humano.

Lo cierto es que el transporte público no le garantiza a un ciudadano que deje su vehículo en casa porque de regreso a su hogar no tiene seguridad, ni siquiera del Metro de Santo Domingo, de encontrar cómo transportarse. Una solución al transporte público requiere de voluntad política porque a través de este se mueve alrededor de 80% de los empleados.

El transporte de carga y de pasajeros se ha estancado en encontrar una salida al problema tendente a ofrecer un servicio de mayor calidad, que evite altos costos de producción, una tarifa elevada al usuario, congestionamiento del tránsito, contaminación del medio ambiente, causar múltiples  accidentes de tránsito y mucha inseguridad para el transporte de los ciudadanos desde unidades inservibles hasta el mal servicio que ofrecen a los ciudadanos.

Hace más de 10 años que se viene trabajando en ofrecer alternativas viables al transporte de pasajeros y de carga y se crearon cinco instituciones para dar respuestas a esta problemática como son AMET (Autoridad Metropolitana del Transporte), la OTT (Oficina de Tránsito Terrestre), la OPRET (Oficina para el Ordenamiento del Transporte), SITRAM, OMSA y los Ayuntamientos.

Se creó la  OPRET  mediante decreto 477-05  para regular el proceso de control de los servicios del transporte público urbano en Santo Domingo y todo el territorio nacional, que conjuntamente con  la AMET, que tiene como función  la planificación y operación del sistema del transporte y que garantizarían un mejor flujo de vehículos,  control de las vías de comunicación y buen servicio de parte de  los proveedores a los usuarios del transporte.

Transcurrido este periodo han sido muy pocos los resultados que se han observado en la concertación de un sistema de transporte que incluya a transportistas y usuarios a todos por igual y que la ciudadanía se sienta que está recibiendo un servicio de calidad cónsono con los costos a que deben ser ofrecidos esos servicios.

En la actualidad existen en el país tres grandes centrales de  transportistas que acaparan el transporte de carga y de pasajeros, estas son la CNTU, fundada por el recientemente fallecido Ramón Pérez Figuereo; CONOTRA, que dirige Antonio Marte y FENATRADO, que dirige el diputado Juan Hubieres.

Estas instituciones deberán hacer un esfuerzo mayor  para consensuar un proyecto viable que transforme el transporte con servicio de menor costo de operaciones, mejores tarifas para los usuarios  y poder ofrecer soluciones conjuntas a esta problemática.

Una de las soluciones a que deben abocarse los  empresarios del transporte y los representantes del gobierno es determinar la factibilidad de colectivizar el transporte público, sacando aquellas unidades pequeñas de cinco pasajeros,  que gastan igual que aquellas unidades de 30 pasajeros, que incrementan el costo del pasaje y que contribuyen a una mayor contaminación  ambiental.

Hay que resolver el problema de la identificación con placas a los motoristas, ya que gran parte de los actos delincuenciales y accidentes indeseados están relacionados con estos; cascos protectores, seguro a los vehículos de transporte, tanto de carga como de pasajeros, hay que revisar las condiciones mecánicas, de luces, neumáticos, higiene y que sus choferes estén dotados de licencias de conducir.

Establecer un sistema de paradas para los minibuses y autobuses con una distancia entre paradas de 500 metros, estableciendo un carril especializado para estas unidades, mantener las señales de tránsito y velar por el cumplimiento estricto; retirar las unidades inservibles, como son Motores, carros, minibuses, autobuses y camiones.

Concentrar todas las oficinas de regulación y control del transporte bajo una sola dependencia, ubicando las demás como adscritas a esta, que se ocupara cada una de desempeñar las funciones para los cuales fueran creadas, constituyéndose en rectora del sistema nacional del transporte y control de tránsito terrestre.

Esta reagrupación en una sola institución de la AMET, OPRET, OTT, OMSA y CITRAM estaría en condiciones de presentar propuestas a los fines de que se generen políticas públicas de manera conjunta con los empresarios del transporte,  que irían en dirección  a resolver el problema que adolece el transporte de carga y de pasajeros en República Dominicana.

El transporte público está integrado por El Metro de Santo Domingo, las vías ferroviarias, Camiones,  Autobuses, Minibuses, Ambulancias, Carros de concho, Taxistas y motoconchistas, los cuales están organizados bajo sindicatos, lo que facilita  establecer un diálogo y plantear las soluciones a la problemática del tránsito vial, líneas alimentadoras, sistema de paradas, uso de combustibles, tipos de unidades y costos de transporte.

Los ciudadanos y ciudadanas están a la espera que el gobierno inicie el proceso de discusión y adopción de un plan para relanzar  al transporte de carga y de pasajeros, a través de las diferentes oficinas que controlan este importante servicio, y que el mismo está llamado a ofrecer un servicio de calidad a todos los ciudadanos.

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